Ubicada en una de las zonas más elevadas de La Cumbrecita, La Capilla corona el camino del bosque y se impone con sencillez en medio de un entorno natural privilegiado. Su arquitectura alpina, la calidez de la madera y la paz que la rodea la convierten en uno de los rincones más especiales del pueblo.
Diseñada por Helmut Cabjolsky, uno de los pioneros de La Cumbrecita, fue construida en el año 1967 utilizando materiales de la zona. Su principal particularidad es su carácter ecuménico: fue pensada para estar abierta a todos los credos, lo que refleja el espíritu inclusivo del pueblo.
La capilla se destaca por su arquitectura alpina, la predominancia de la madera en su estructura y sus espacios reducidos, que le dan un aire íntimo y austero. Al estar rodeada por el bosque y situada en altura, su presencia se integra con total armonía al paisaje serrano.
En su interior, un pequeño entrepiso de madera cuenta con una ventana circular desde la que se pueden accionar sus dos campanas. No cuenta con energía eléctrica: la iluminación proviene de un gran candelabro central, lo que refuerza la atmósfera de recogimiento y sencillez.
Aunque en su interior se encuentra la imagen de la Virgen María con el Niño, tallada en la escuela de ebanistería de Oberammergau (Baviera, Alemania), La Capilla fue creada como un espacio abierto al recogimiento, sin importar la fe o tradición del visitante.
Es, sin duda, un lugar para detenerse, respirar hondo, contemplar el entorno y conectar con algo más profundo en el corazón de la sierra.