Durante mi viaje a Capilla del Monte, uno de los lugares que más me recomendaron fue el Complejo Turístico El Zapato, y la verdad, superó todas mis expectativas.
Lo primero que me sorprendió fue lo cerca que está del centro, ¡a solo un kilómetro! En pocos minutos ya estaba en la entrada del complejo, listo para comenzar la caminata. El sendero es corto y de baja dificultad, con escaleras que te llevan hacia la famosa formación rocosa. A medida que subía, el paisaje empezaba a cambiar y se respiraba una paz especial.
Cuando finalmente llegué al mirador y vi El Zapato con mis propios ojos, entendí por qué es tan famoso. Es increíble cómo la naturaleza pudo darle esa forma tan perfecta. Me quedé un buen rato ahí, sacando fotos y simplemente contemplando el lugar. Saber que los antiguos comechingones se reunían allí cada trece lunas le da un toque místico que se siente en el aire.
Además, el complejo está muy bien cuidado y se nota el amor que le ponen las personas que trabajan allí. Me enteré de que está gestionado por la Fundación UPIS, que brinda trabajo a personas con discapacidad. Me pareció hermoso que un lugar turístico tan visitado también tenga una causa social tan importante detrás.
Tuve la suerte de hablar con algunos de los chicos que trabajan ahí, súper amables y comprometidos. Me contaron un poco de lo que hacen día a día y me transmitieron un entusiasmo contagioso. Realmente te hacen sentir bienvenido.
También visité la Fuente de los Deseos y la Cueva de los Enamorados, dos espacios encantadores que han sido restaurados con mucho cuidado. Son pequeños detalles que completan la experiencia y la hacen aún más especial.
En total, estuve unos 45 minutos en el paseo, y salí con una sonrisa enorme. No solo por el paisaje o las fotos, sino por todo lo que el lugar representa.
Sin duda, El Zapato no es solo una piedra con forma curiosa, es un punto de encuentro entre la historia, la naturaleza y la inclusión. Si estás en Capilla del Monte, no te lo podés perder.